Tres deseos
Quisiera que
tu suave mano
de nube cielo algodón seda y luz
me acaricie tiernamente
mi acuático cuerpo
hasta que todos los fluidos
que se amontonan y agolpan
en mis extremidades
–de solo
verte, en la lejanía,
pues te recuerdan
como un retrato fiel
(estás grabada
en la piedra marmórea
de mis muslos)–
salgan fervientemente
a encontrarse con su fin,
con una nueva totalidad
que los aguardará o no...
Quisiera que me retengas
por el mayor tiempo posible
sin detenerme jamás en mi marcha
y que en mis procesos
en días de arduo sol
o noches de fría escarcha
me prestes tu valioso consejo
tu mirada que me calma
tu juego que me devuelve el alma...
Quisiera que, en mis batallas
mis luchas y discusiones,
sostengas mi hombro izquierdo
pues yo estaré a tu derecha
–como lo han hecho otros hombres:
los ancestros que nos precedieron–
pronto, presto y atento
a tu auxilio
a tu risa
a tu bienestar...
Y que camines conmigo
prestando humildemente
servicio por el mundo
–sin pedirlo de vuelta–…
Tres confesiones
Mundo que se abre ahora ante mí
como una mano de un niño puro
que me invita a jugar felizmente
y danzamos entrelazados...
…y jugamos con las olas
con la verdad impostergable
de la lejana Infancia
–que siempre estuvo y estará cerca,
a un paso de miel, una caricia–.
Soy ese niño que buscó
en su más profundo interior
y encontró dentro de sí
el mayor de los tesoros:
al Yo Superior,
ese que no es otro
que nuestra esencia,
aquello que somos
y que a veces
olvidamos...
Una vez que pude reconocerlo en mí
pude reconocerte, amada mía,
con la luz esclarecedora de la razón
con el tierno manantial del corazón:
te vi entera, te vi pura
te vi tal como eras:
sin corrupción
sin miedo
sin dolor:
una pura substancia
eternamente libre
como una mariposa
o una impoluta Diosa
que siempre tendrá
todos los poderes inmortales
dentro de sí misma
todos los colores
del Arcoíris
aguardándola
hasta que abra
la última puerta
con la llave
de su valentía
y sabiduría...
Tres consejos
Ábrete a esta vida que te cuida:
déjate llevar por las aguas del tiempo…
Ten confianza irrefutable
ante las diversas circunstancias
y podrás ver la luz radiante
que entra por tu noble ventana
sin más juicios ni preocupaciones
tal como tú quieres
libre de todo
simplemente
feliz de ser...
Con una mente cultivada
(que es templo y altar
refugio solemne
y no como prisión,
presión, ruido
y duda infructuosa)
como herramienta
de guía a la verdad
y a la imaginación
podrás construir
todo lo que desees
en esta realidad material
pero recuerda enlazarla
con la realidad espiritual
ya que somos tierra y cielo
almas anfibias
que habitamos
dos mundos...
De lo visible intuye lo invisible,
la sustancia que lo compone…
De lo invisible comprende lo visible,
su función y sentido...
Todo es cuestión de tiempo:
las informaciones ya van llegando a ti
desde hace mucho…
¡Abrázalas y ellas te abrazarán!
¡Cuando lo hagas verás
que grata es su compañía!
¡Y dejarán de jugar a las escondidas
sólo ocasionalmente
cuando se encuentran de paseo
sino que será un encuentro certero
y previsto, consciente y preciso!
Para que la duda ya no te gane
y la confianza sea tu único temple
en tu viaje sagrado...
Sigue tu flecha: ¡es tu mente!
Apunta con el arco de tu corazón
estudia cada día más
y cada día estarás
más cerca de la verdad…
Solo la verdad es lo único que nos hará
libres
solo la libertad es lo único que nos
hará reales
solo la realidad es lo único que es
perfecto
solo la perfección es la única
imposibilidad
que se hizo posible para sorpresa de
todos...
Una contradicción
que fundamenta todo...
La perfección es el sueño real...
Atrévete a soñar…
…si quieres alcanzar
la gloria de la realidad...
Yo aquí te espero
con mi amor inquebrantable
del otro lado del continente
para que frente a frente
recordemos el vientre
de las madres, de las abuelas
de la Madre Tierra
y la unión, la canción, el corazón
para que salgamos a luchar
por la gente
por los pueblos
por las vidas
por el arte
el amor:
nuestra esencia:
la libertad...
Agustín R. Iribarne
Del libro publicado "Exilio de Adoraciones"...
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