XXII
En tierras
árabes
Dahab,
Sinaí, Egipto. Febrero 2017.
Como el musulmán yo también
beso la tierra y la arena
de la dulce y apacible Dahab
y rezo porque las viles armas
un sagrado día se extingan.
A pocos kilómetros
de guerras
cruentas,
en un
territorio que siempre
estuvo
en disputa,
y
lo sigue estando:
quieren
saquear Sinaí,
quieren
despojar de sus tierras
a
sus nativos Beduinos,
quieren crear países
olvidando naciones enteras...
¿Cuándo la barbarie capitalista
dejará de negociar
por nuestro suelo y nuestra paz?
No se metan con ellos,
van a resistir,
hijos de la montaña
van a luchar;
y cómo quisiera
yo esto evitar…
Qué imposible frenar un atropello;
qué difícil parar la sangre
cuando corre por la vena abierta.
Allahu Akbar
no lo permita otra vez,
detenga
al gobierno, deténgalo.
Y si mi rezo llega al corazón del universo
aquí podré —y podremos— volver
como el pájaro en la mañana…
…y seré otra ola del Mar Rojo
y
seré viento del desierto…
Agustín R. Iribarne
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