Poesía a Jorge Luis Borges - Premiada en el Concurso Literario Nacional 2021 SADE

 

Distante caminante

 “Todos caminamos hacia el anonimato, sólo que los mediocres llegan un poco antes”.

“Yo aspiro a ser anónimo, la forma máxima de la gloria”. Entrevistas. J. L. Borges.

“Paso con lentitud, como quien viene de tan lejos que no espera llegar”.

Jactancia de quietud, en Luna de enfrente (1925). Jorge Luis Borges.

 

Ha venido aquí desde muy lejos. Lo he seguido secretamente.  /  

Ha cruzado la oscura y pesada noche del dolor.    /

El alba, indiferente, se abrió como una herida de amor, /

y fue testigo de su lento paso, ciego y meditabundo.     /

 

Dicen que ha recorrido el mundo, de la mano de Dante y de Cervantes;   /

que a través de mitos, fábulas y epopeyas conoció a los antiguos;     /

que viajó por oriente durante largas páginas, que escribió sobre budismo;    /

que soñó con Europa y fue a morir a Ginebra, que mezcló cual hebras     /

en su prosa y su poesía al gaucho y al civilizado, a las pampas y a la ciudad;  /

que elevó el castellano a la altura del latín, el griego y el francés,    /

al proyectar en sus cuentos —la cumbre del género— de intrincado ingenio    /

sus fantásticas ficciones de indecible y enigmática perfección…    /

 

—¡El distante caminante!— se oye en el pueblo; cual rayo, veloces,

los niños y las abuelas se agolpan como bueyes,  /

se amontonan a verle obreros, oficiales y terratenientes.  /

 

Dicen sobre Él lo uno y lo otro con igual entusiasmo:   /

todos vociferan y pregonan algo diferente.   /

Nadie sabe lo verdaderamente cierto.    /

 

Él habita el silencio, sumido en su soledad…    /

Sin embargo, como una brisa o una ventisca,  /

un rumor de mieses o peces le sigue a todas partes,   /

ya que el ser humano siempre habló de lo que ignora,    /

con el objetivo de apresar en palabras el abismo de lo desconocido:     /

pues el lenguaje es por excelencia su instrumento para nombrar lo real...    /

 

Es lógico que así sea. Él lo sabe. Está tranquilo.  /

Deja que hablen. No teme al qué dirán, ni al lenguaje;     /

le tiene sin cuidado lo que con él se enuncie    /

sobre el misterio que genera en su andar:    /

conoce sus leyes, recursos y elementos    /

juega a diario con él, lo explora, lo explota    /

lo extiende más allá de sus límites   /

lo recrea y lo disuelve, lo dicta, lo domina   /

y se rinde al fin a él, pues poeta es.   /

 

Poco le importan al distante caminante los murmullos humanos,    /

errantes, esas cascadas de palabras gastadas,      /

pues Él sólo presta oídos a otras voces y otros ruidos:    /

los ecos del tiempo en su infiel memoria,  /

las palabras que reverberan en sus laberintos,   /

el sonido apagado del reflejo de un espejo roto,     /

el filo de la cuchilla que lo lacera por dentro, su Otro,    /

el bramido del instante animal que todo lo revela,    /

el trazo del lápiz de ese Alguien que escribe la historia…   /

 

Mientras todos juzgan, Él descansa.     /

Mientras todos hablan, Él avanza.        /


No busca nada en particular con su insaciable caminar.       /

Seguir adelante es su meta final: le guía el infinito.           /

Con la tinta de la eterna biblioteca universal escribe su historia,   /

aunque sabe que será corroída con la lluvia de los años…     /

 

En la lejanía, lo diviso a Él; lo observo, comprendo y luego callo:      /

pues yo también camino, pues yo también… poeta soy.   / 

 

Por Agustín Ricardo Iribarne

                           Al gran maestro, escritor y poeta universal, Jorge Luis Borges.

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